El Barroco Francés, una oda al detalle y la excentricidad.


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El Barroco Francés, una oda al detalle y la excentricidad.

Es preciso, antes de comenzar y adentrarse en materia, recordar y señalar, el origen de la palabra “barroco”, el termino se viene utilizando desde la segunda mitad del siglo XVI, ya en el siglo XVII, se le acoge como un término asociado a la joyería, definiendo en esta, a las perlas que no son total o perfectamente redondas.

Ya a inicios de la primera mitad del siglo XVIII su significado se comienza a ver asociado a la exageración, sin embargo, a pesar de ya estar impuesta en los diccionarios de la época, esta aun no es asociada a ninguna de las artes, si no es hasta 1776, en donde se toma al barroco como una expresión de cualidad para las artes, específicamente la música, en esta, el Diccionario de la Academia Francesa, define: “Barroco (baroque), en música; una música barroca es aquella cuya armonía es confusa, cargada de modulaciones y disonancias, de entonación difícil y de movimiento forzado” (Furetiere, 1776), prontamente, en 1788, en L’Encyclopédie méthodique por Quatremére de Quincy, obra cuyo destino es propio a la arquitectura, se le define, en torno a este arte, como: “Barroco (baroque), adjetivo. Lo barroco es en arquitectura un matiz de lo extravagante (bizarre)… La idea del barroco arrastra consigo la del ridículo llevado al exceso”, desde este punto en la historia y hacia adelante, se toma a la palabra barroco como, exceso, grotesco, bizarro, superabundancia, expresiones que, hasta el día de hoy, son las más adecuadas y acertadas a la hora de describir, sin mucha dificultad, al barroco.


El barroco como movimiento arquitectónico se desarrolla en los siglos XVII y XVIII, posee claras y notables características que son propias de sí mismo, como lo es el detallismo excesivo que define pequeños elementos en absolutamente toda terminación dentro de la obra, siendo cada pieza una obra complicada y de difícil elaboración, elevando esta característica al máximo, cuando ya los detalles comienzan a ser casi ridículos y grotescos, por otra parte también la abundancia de líneas curvadas en comparación a las líneas rectas; la arquitectura se vuelve casi “danzante”, se exagera el movimiento en las obras, haciéndolas casi vivas, rebosantes de líneas onduladas, curvas, que representen la constante continuidad y prolongación de la obra, se logra la unión de las otras artes barrocas de la época, la pintura, escultura y arquitectura se unen en una misma obra; este último punto es algo muy característico de este movimiento, ya que, no se percibe, con límites claros y definidos, donde comienza un desempeño de arte y donde termina el otro, debido a la drástica unión de todos estos en uno solo, condición que se complementa al echo de los excesos, debido a que, los frescos de pintura comienzan a ser y a convertirse en algo natural en los cielos, muros y pilares de las edificaciones, así mismo la escultura que se añade de manera excelsa a cada rincón de las edificaciones, desde grandes y ostentosas figuras en las fachadas exteriores o interiores, hasta los más mínimos detalles como dinteles de puertas o por defecto las mismas puertas, columnas o marcos de ventanas, se aprecia un detalle de artesanía esculpida en cada detalle, incluso en la mueblería.

En Francia, sin embargo, se desarrolla un barroco particular, un barroco clasicista, que, en distinción a sus congéneres europeos, consta de un gran sentido de la medida, sin dejar de lado la monumentalidad, este clasicismo lo dota de sobriedad, armonía y claridad, dejando las exaltaciones humanas o del espíritu en un plano más bajo, o por decirlo de otra manera, más regulado, más calmado, así también las motivaciones con los que inician los artistas del barroco francés son diferentes al resto de Europa. El arte religioso queda en un segundo plano, y el ideal contra reformista siempre aparece muy atenuado, por la importancia de los movimientos protestantes, y la necesidad de cierto acuerdo entre ambas partes. La monarquía está sufriendo divisiones y cambios internos que desafían su absolutismo, por esto, se proyecta una imagen de grandeza, poderío y nobleza, esto, hace que el barroco francés posea un carácter de realeza, ya que la mayoría de los más grandes encargos realizados son siempre a cargo de la nobleza y la monarquía francesa, básicamente, la monarquía francesa es quien controla las artes, y la utiliza en su favor, construyendo ostentosas edificios, como por ejemplo lo es el Palacio de Versalles, donde  demostraría su poder y riqueza.

En cuanto a las características distintivas del barroco francés se destacan a los jardines, que se adjuntaban a las construcciones, que conservan monumentalidad y simetría, estas, siempre en frente de la fachada de la edificación, cosa que constituye un de las principales aportaciones del barroco francés a el resto de Europa. Son ejemplos principales los jardines de Versalles, de Vaux-le-Vicomte y de Chantilly, todos ellos de André Le Nôtre, se constituyó en un modelo de jardinería, opuesto al jardín inglés.

Las decoraciones se ven reservadas directamente hacia el interior de las edificaciones, dejando una fachada un tanto “sobria” en comparación a lo que existe en su interior, sorprendiendo con demostraciones de riqueza, como lo son molduras doradas que recorren de extremo a extremo la construcción, hermosos frescos que reposan en los cielos a gran altura, grandes candelabros y mueblería artesanal que aparecen en cada habitación. Uno de los aspectos que más llama la atención de la arquitectura francesa barroca es la diferencia que existe entre lo que prometen sus exteriores y la sorpresa que aguarda en el interior, generada por toda una serie de decoraciones y objetos que, en ocasiones, rozan el delirio.

El urbanismo tiene gran desarrollo, se abren grandes avenidas en eje de los palacios y de las plazas, en las que se incluyen arcos de triunfo y monumentos conmemorativos. El Francia y por el patrocinio real se crea muy pronto una Academia, que impone el gusto clasicismo en los arquitectos y les orienta en su producción hacia los fines políticos.
Es aquí, donde existen 2 puntos de gran importancia para el barroco francés, el rey Luis XIV y Versalles, el primero, un rey excéntrico con delirios de grandeza y la segunda, una de las más grandes creaciones de la arquitectura barroca y francesa la que funciono como residencia real durante más de 100 años.

Bajo el reinado de Luis XIV, el rey Sol, la arquitectura acentúa ese carácter monárquico y cortesano. El rey controla toda la actividad a través de la Academie d'Architecture que es creada en 1665. Las reales fábricas, se dedican sin parar a la producción de artículos suntuosos, tapices, cerámica, para la decoración de los palacios reales. Emprende grandes proyectos constructivos que reflejen el concepto de monarquía absoluta. Uno de esos primeros proyectos de Luis XIV es completar las obras del palacio del Louvre, la cual era su residencia, llamando incluso para ello a Bernini, aunque su diseño finalmente fue descartado y se eligió el del francés Claude Perrault.

Al principio de su reinado, Luis XIV no encontraba ninguna mansión real que le complaciera plenamente para vivir. Residía en París: en el Palacio Real, en el Louvre, en las Tullerías, debido a su inconformidad latente visitaba constantemente palacios reales para así comparar las ventajas, desventajas y los inconvenientes de estos palacios, para poder satisfaces sus necesidades, realizó importantes cambios a estos palacios, pero en ninguno de ellos llegó a sentirse completamente cómodo. No fue hasta 1651, que el rey sol, efectuaría su primera visita a Versalles y la elegiría como su residencia definitiva.

Primeramente, Luis XIII, construye un refugio de caza en los terrenos de Versalles, el cual de a poco seria ampliado junto con sus construcciones y jardines, tras su muerte, Versalles queda abandonada de realeza durante dieciocho años. Su hijo Luis XIV, es quien se vuelve a encantar de estas tierras igual que su padre, empezando en 1661 el trabajo de ampliaciones, invirtiendo un millón cien mil libras. Luis Le Vau, el arquitecto del Palacio de Vaux-le-Vicomte, fue el encargado de reconstruir las dependencias, Charles Errard y Noël Coypel empezaron los trabajos de decoración de las estancias.

La creación de Versalles respondía a un deseo político y económico. Dirigiendo personalmente los asuntos del reino y centralizando la administración, el rey quería agrupar, en torno a él, a los ministros y sus servicios. Hacia 1684, la galería de los espejos, el cual representaba el poder absoluto del monarca, es terminada y su decoración es a cargo de Charles Le Brun, este solo 2 años después terminaría la decoracion. Entre 1685 y 1689 se vive una fiebre constructiva que da paso a plantaciones de más de 3.000 arbustos y 150.000 plantas, asi mismo a la construcción del ala norte para los cortesanos y las caballerizas. Ya en 1710, se termina la construcción de la capilla real, la cual determinaría el fin del reinado de Luis XIV, en 1715, el rey sol muere, a la edad de 77 años, dejando atrás al “Gran Siglo”, iniciado hace años por su padre. Su hijo Luis XV, no tomaría tanto afecto por estas tierras, tratando incluso de demoler Versalles, pero contribuyo a la modificación y ampliación del palacio.

Luis XIV no construyó Versalles por el hecho de tener una residencia bonita y maravillosa. Su intención era mantener a sus nobles y su corte bajo su poder supremo. En Europa, por aquella época, era común ver cómo los monarcas tenían que luchar contra los traidores que surgían de su propia corte. En Inglaterra, el pueblo había decapitado a su propio rey, Carlos I. Luis quería asegurarse que todas las personas poderosas de Francia se encontraban junto a él. Así creó Versalles y todos los rituales de la corte, para poderlos mantener siempre ocupados. Pero claro, no resultaba nada barato mantener el ritmo de vida del Rey Sol. Se necesitaba mucho dinero para hacer caso de sus caprichos, entre los que se encontraban la ropa y las mujeres. La corte de Luis XIV no se atrevía a levantarse contra el rey. Esta es una de las razones por las que el absolutismo se mantuvo tan fuerte en Francia. Lamentablemente, el nieto de Luis XIV, Luis XVI, carecía de la astucia política de su abuelo, y no pudo mantener el trazado y la planificación de Luis XIV, cayendo con la en la Revolucion francesa.

Pero ¿porque Versalles? ¿Qué es Versalles para el mundo de la arquitectura?

Bueno Versalles es y será el lugar donde el barroco francés se desarrolló en toda su extensión y magnificencia ya que esta construcción del castillo  comenzó en el reinado de Luis XIII en el año 1661d.c  como unas  de las primeras construcciones barrocas de la época ,luego en el reinado del rey sol ( Luis XIV) en pleno apogeo del barroco se remodelo por completo aumentando su metros construidos convirtiéndose así en una obra  monumental, es decir el castillo de Versalles fue una obra arquitectónica que sufrió todos los cambios artísticos del barroco en su totalidad además de que esta construcción posee un gran trasfondo político , económico y social  debido a que el castillo en si demostraba el poder que el rey tenía sobre sus tierras y la cantidad excesiva de dinero que este debía poseer para sustentar esta monumental construcción , en el ámbito político el rey vivía en este lugar junto a todos los cortesanos así  evitando que alguno de estos generara un atentado con intenciones de derrocarlo y así  quitarle el del poder absoluto que este poseía  es decir mantenía un control absoluto sobre cualquier intento de revolución y en el ámbito social esta construcción demostraba a cabalidad la desigualdad social que se presentaba en esta época.

Versalles para el mundo de la arquitectura es en si la obra barroco francesa por excelencia, posee todos los elementos presentes en este movimiento artístico como la fachada sobria y con influencia italiana además de los interiores inimaginables llenos de color además de la desaparición de la línea recta cambiándolas por curvas entregando a este espacio el dinamismo presente en el movimiento 
Poseyendo además esculturas y pinturas que más que adornar la obra la completan y generan la magnificencia con la que se muestra al mundo

El barroco como movimiento artístico como tal nos ayudó a generar un cambio en cómo se percibía la arquitectura, ya que este movimiento demostró hasta que niveles podían llegar el morbo en la construcción, debido a que en este periodo el hombre ya no poseía tapujos para agregar y saturar el interior o mejor dicho espacio habitable convirtiéndolo así en una especie de obra teatral sobre cargada y confusa.